11 mar 2009

La exposición al ozono = muerte

La larga exposición al ozono, un componente del smog, aumenta el riesgo de muerte por enfermedades respiratorias, según una investigación publicada hoy por "New England Journal of Medicine".


En las capas altas de la atmósfera, el gas ozono es un componente natural que protege contra la radiación de los rayos ultravioleta, perniciosos para la vida.

Sin embargo, su presencia en la superficie terrestre tiene un efecto muy distinto, es tóxica y afecta a la salud del ser humano.

Es el hombre precisamente el culpable de las concentraciones de ozono en las capas más bajas de la atmósfera puesto que el gas se forma como consecuencia de reacciones químicas que se producen, en presencia de luz solar, entre el oxígeno y dióxido de nitrógeno procedente de los tubos de escape de los vehículos y de las fábricas.

A pesar de que contribuye al efecto invernadero, el ozono se considera un contaminante secundario debido al tiempo que tarda en formarse.

Ahora, un equipo de investigadores de diversas instituciones, entre ellas las universidades de Nueva York y Ottawa (Canadá), ha descubierto que la exposición al ozono durante largo plazo tiene consecuencias negativas para la salud del ser humano.

Estudios anteriores habían demostrado que tras un día en el que se alcanzaban picos de ozono había más casos de ataques cardíacos y asmáticos, pero no habían analizado el impacto sobre la mortalidad de la exposición al ozono a largo plazo.

"Nuestra investigación demuestra que para proteger la salud pública no sólo debemos limitarnos a disminuir los picos de ozono, sino que también debemos reducir la exposición acumulativa a largo plazo", afirma uno de los autores, George D. Thurston.

Los investigadores llevaron a cabo durante 18 años un seguimiento a 450.000 personas mayores de 30 años y habitantes de 96 zonas metropolitanas de Estados Unidos.

El equipo correlacionó las muertes que se produjeron (48.884 por causas cardiovasculares y 9.891 por enfermedades respiratorias) con los datos de concentración de ozono de los lugares donde residían los fallecidos.

Tras tener en cuenta diversos factores como edad, raza, educación o dieta, los científicos descubrieron que existe un mayor riesgo de muerte por causas respiratorias en las áreas con mayor concentración de ozono.

El trabajo separó los efectos que el ozono y el material particulado del aire (polvo, hollín) tienen en la salud: el primero influye en las enfermedades respiratorias y el segundo en las cardiovasculares.

Cuando el nivel de concentración de ozono se incrementa en 10 partes por mil millones, el riesgo de muerte por causas respiratorias aumenta en un 4 por ciento, especialmente por neumonía o enfermedad obstructiva crónica.

Los niveles de ozono recomendados por la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA, en sus siglas en inglés) son de 75 partes por mil millones.

Sin embargo, en las zonas cercanas a Los Ángeles y Houston, donde hay bastante sol, los niveles de gas oscilan entre 62,5 y 104 partes por mil millones.

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