Esta imagen obtenida por científicos estadounidenses y franceses, es la evidencia del cerebro animal más antiguo. Pertenece a un ejemplar de iniopterigio (abajo), pariente lejano de los tiburones, de 300 millones de años: aunque no es la primera vez que se encuentra tejido blando fosilizado, se trata del primer cerebro en estas condiciones, y el más viejo además. Este se encontró por accidente, al revisar el cráneo de algunos ejemplares hallados en los estados de Kansas y Oklahoma, Estados Unidos, con una técnica de rayos X llamada holotomografía de sincrotrón.
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