
Su clasificación, con algunas modificaciones, subsiste aún hoy.
La precisión de las posiciones estelares de Hiparco determinadas y comparadas con los atlas del pasado, permiten también al astrónomo griego descubrir el movimiento de Precesión del eje terrestre: ese movimiento muy similar a una oscilación del eje de una peonza que, realizándose en unos 26.000 años, determina un cambio de la estrella hacia la cual apunta el eje terrestre mismo (Estrella Polar) y por lo tanto también una lenta variación de las coordenadas estelares.
A Hiparco se debe también la determinación del período de revolución de la Tierra alrededor del Sol (año solar) con la precisión de seis minutos. Nada nos queda de las obras escritas del astrónomo, sino por vía indirecta. Hoy se sabe con seguridad, por ejemplo, que el famoso “AImagesto” de Tolomeo se basa abundantemente en los escritos de Hiparco.
En honor del gran astrónomo griego, un satélite de la ESA, destinado a efectuar estudios de astrometría, ha sido bautizado Hipparcos.
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